Daily Devotionals
Hay que llegar a la unidad
Si sabe cómo oír la voz de Dios, podrá oírlo llamando al Cuerpo de Cristo hoy. Él está pidiendo unidad, está pidiendo que dejemos los desacuerdos y que nos unamos en preparación para la venida de Jesucristo.
Algunos creyentes se asustan con solo pensar en unirse con otros. “¿Cómo se le ocurre que voy a unirme con alguien de otra iglesia o grupo? – dicen – . No voy a dejar mi doctrina para ponerme de acuerdo con las de otro solo por causa de la unidad”.
Lo que no entienden es que la unidad bíblica no se basa en la doctrina. Los vientos de doctrinas, según Efesios 4:14, son cosa de niños. Los vientos de doctrinas no unen a nadie, más bien dividen y esparcen a la gente en todas direcciones. La Palabra no dice nada con respecto a unirnos en nuestras doctrinas; dice que lleguemos a la unidad de la fe. En el pasado, no hemos entendido esto y hemos tratado de exigir unidad doctrinal los unos de los otros.
“Si usted no está de acuerdo conmigo en cuanto a hablar en lenguas – decimos – o en cuanto al arrebatamiento o en cuanto a las aguas del bautismo, no lo aceptaré como hermano en el Señor. No tendré compañerismo con usted”.
Pero Dios no hace las cosas de esa forma. Él no tiene una lista larga de las exigencias doctrinales que debemos cumplir. Sus requisitos son simples. En 1 Juan 3:23 nos dice cuáles son: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos los unos a los otros.
Una vez que usted y yo empecemos a guardar esos mandamientos y dejemos de preocuparnos por el resto, podremos olvidar nuestras riñas doctrinales e integrarnos en la unidad de la fe. Creceremos tan fuertes en la unidad del Espíritu que los vientos de doctrina no podrán separarnos. Cuando eso suceda, al diablo le va a dar pánico, porque la unidad de la fe del pueblo de Dios es un asunto asombroso; es el hecho más poderoso y sin límites del mundo.
Ahora mismo, en todo el mundo, el Espíritu está llamando a la Iglesia del Dios vivo para que se una. Obedézcale, porque usted podría ser parte de uno de los movimientos más extraordinarios de Dios que este mundo haya visto.
Scripture Study: Salmos 132:13-18
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