Daily Devotionals
La fe es por el oír
Uno de los más grandes evangelistas con el don de sanidad que he conocido, me dijo una vez: «No lo entiendo, he impuesto mis manos sobre más de dos millones de personas. He visto milagros de todo tipo; no obstante, soy el último en este planeta que recibe sanidad». Analícelo, este evangelista había visto a Jesús cara a cara en más de una ocasión, y sus manos se habían encendido con el toque sanador de Dios. Sin embargo, él no podía vivir sólo de experiencias. Él tenía que aprender, tal como usted y yo, a dar un paso a la vez: confesar, creer y mantenerse firme en la Palabra de Dios. Usted podría pensar: “Bien, eso tal vez sea cierto. Pero, aún así, pienso que yo tendría más fe si Jesús se me apareciera como le sucedió a ese evangelista”. No, realmente no es así; pues Jesús afirmó: «…bienaventurados los que no vieron, y creyeron» (Juan 20:29). La palabra bienaventurado significa: “Ser investido de poder”. Entonces, de acuerdo con las palabras de Jesús, usted tendrá más poder si cree antes de ver una manifestación física. ¿Por qué? Porque para creer en algo que no ha visto con sus ojos físicos, tendrá que verlo primero en su propio ser interior. Usted deberá activar su espíritu. Al hacerlo, logrará que éste, el cual es semejante a Dios, se levante y se fortalezca. Entonces ¿debería evitar las manifestaciones y demostraciones espectaculares del poder de Dios que están ocurriendo en estos días finales? ¡Definitivamente, no! Disfrútelas a plenitud. Asista a todas las reuniones cristianas que pueda, sea parte del mover de Dios; pero no disminuya su fe en el proceso. Sobre todo permanezca firme en la Palabra. Ésta siempre obrará, ya sea que los dones estén fluyendo o no. La Palabra funcionará en la luz del día y en la oscuridad; también para todo hombre, mujer o niño que la ponga en práctica. Las Escrituras son eternas, han sido establecidas en el cielo y en la Tierra para siempre. Recuerde lo siguiente: La fe -esa clase de fe que usted utiliza a diario para vivir- no proviene por actuar en los dones del Espíritu, ni tampoco por ver a Jesús o por tener visitaciones y experiencias especiales de Dios. Ésta viene por el oír y el oír la Palabra de Dios. 2 Crónicas 14-15; Hebreos 4 Mientras oigo la Palabra de Dios, la fe viene a mí (Romanos 10:17).
Scripture Study: Juan 20:24-29
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